17 de Enero de 1128 – Concilio de Troyes: La regla de la Orden de Temple

17 de Enero de 1128 – Concilio de Troyes: La regla de la Orden de Temple

Por H:. Juan Orrego
R:.L:.S:. Fénix No. 137

La Orden del Temple estuvo influida por su tiempo, pero esta también lo modifico, oriento, aportando sus propias correcciones a la historia. Ellos fueron un cuerpo armado que juraba no luchar más que por causas justas.

Pero debemos resaltar que esta idea no era original de occidente, pues se a descubierto que ella, también se aplica ya en IRAN mucho antes de las cruzadas. Los Persas habían constituido una institución la FOTOWWAT –sustantivo que significa propiamente liberalidad, generosidad, abnegación- que garantizaba a una especie de hermandad en la que grado de FATA era conferido por los SHEIKS, señores o maestros de sociedades iniciativas.

Ahora retomando nuestro ejercicio histórico, es sabido también, que el 14 de julio de 1099, la tropa de occidente se puso en marcha y ataco Jerusalén, la cual fue tomada en un fogoso impulso a partir de la mañana del día 15. Durante una semana, masacres y luchas callejeras se sucedieron. No obstante, los cruzados habían puesto pie en Tierra Santa y su intención no era que quedarse allí.

El enemigo estaba vencido, pero no eliminado. Se fundaron unas órdenes, encargadas de misiones diversas. Hubo entre otras, la Orden Hospitalaria de Jerusalén en 1110, la Orden de Hermanos Hospitalarios Teutónicos en 1112 y la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (futuros templarios) en 1118, siendo Balduino II, Rey de Jerusalén.

La Orden del Temple no fue creada oficialmente hasta 1118, veintitrés años después de la primera cruzada, pero no fue hasta 1128, el 17 de enero, cuando la Orden recibió su aprobación definitiva y canónica por medio de la confirmación de la Regla. Preciso es añadir que estos datos son a veces discutidos y se habla de 1119 y del 13 de 1128 respectivamente.

1128 es el año de la HERMANDAD por que se reúne el Concilio de Troyes el cual le da el nombre de “ORDEN DEL TEMPLE” y codifica su organización. El CONCILIO, le dio una regla especial a la Orden para comenzar a reclutar, recoger donaciones, iniciar el establecimiento del poderío futuro del temple.

El Concilio de Troyes que este se reunió “EL DIA DE LA FESTIVIDAD DE SAN HILARIO en el año de la Encarnación de Jesucristo de 1128, en el noveno año del comienzo de la antedicha caballería”. La asamblea consular estuvo presidida por el legado pontifico Mathieu d’ Albano. Y asistieron los obispos de Sens, Reims, Chartres, Soisons, Paris, Troyes, Orleans, Auxerre, Chalons-sur-Marne, Laon, Beauvais. Había varios abades y laicos y el Conde de Nevers.

Hugues de Payns, expuso delante de la docta asamblea las necesidades de la orden tal como el las entendida. Luego el texto fue estudiado y discutido artículo por artículo. La Regla latina resultante de ello incluía setenta y dos artículos. Todo, o casi todo, estaba previsto en ella. Se tuvieron en cuenta hasta los más mínimos detalles, ya que especificaba como seria el calzado, como cortarse el bigote, el numero de oraciones, etcétera. Se trataba de adaptar una Regla monástica a los imperativos a que debían hacer frente unos guerreros de <<>>. Así que quede claro el TEMPLE no tenia nada que ver con una Orden religiosa normal.

Sus privilegios eran exorbitantes, ya se tratase del poder de decisión, de organización, o de la creación de un poder financiero y económico. Los caballeros cultivaban la pobreza personal, pero la propia Orden se veía conferir todas las posibilidades de convertirse en extremadamente rica, y en cierto modo rico en detrimento de la misma Iglesia Católica y Apostólica, puesto que se hallaba exenta del diezmo. Esto estaba justificado por la necesidad para la Orden de mantener una verdadera milicia en Tierra Santa, pero, al propio tiempo, por el hecho de ser una Orden Militar con lo que ello representa un término de poder, lo cual podía parecer como un privilegio suplementario.

Es así, que concluido dicho CONCILIO, los Templarios contaban los medios para hacer la guerra. Y tal escribe Luis Lallement en “La vocación de Occidente” a propósito de los templarios:

"La orden del Temple, cuyo blanco manto adornado con una cruz roja era de los colores rojos de Galaz, constituía en el siglo XII la armadura de la Cristiandad."

Una armadura que alguno pensaron ya desde entonces mas que en destruir.

Fuente: La otra Historia de los Templarios. Michel Lamy.
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